Omar Rincón spoke with the management teams of 46 public and cultural channels in Latin America and producers about the hinge moment of public television, in the context of TAL Académico
El 24 de abril llevamos a cabo un conversatorio con Omar Rincón, especialista en culturas mediáticas y estéticas del entretenimiento, donde dialogamos sobre el momento bisagra de la televisión pública.
Conferencia completa de Omar Rincón
Desde el nacimiento de TAL, Omar Rincón ha acompañado a la Red en un interesante trabajo como consultor de misión e identidad de los distintos canales de la región. Siempre confió en la utilidad y alcance de TAL como proyecto televisivo revolucionario desde su propia génesis.
El especialista colombiano sostuvo un diálogo virtual con los representantes de los canales públicos y culturales de la Red. Tomó como punto de partida su defensa de la televisión pública como la televisión más cool, dinamitando la percepción de la falta de atractivo y encanto que suele asociarse al carácter público de cualquier proyecto o proceso.
Acá les dejamos un compendio con ideas fundamentales de la charla de Omar Rincón.
Lo público es lo más hermoso que tenemos. Y conseguiremos que así sea valorado en la medida que entendamos la mutación cultural alucinante que estamos viviendo en el siglo XXI, donde la Cultura se ha desplazado a la Coolture, que es una cultura de navegación, de disfrute, de estilo de vida, de conexión. Incluso, la crisis del Coronavirus lo ha demostrado, porque es justamente la lógica de la Coolture la que ha podido sostenerse e impactar con fuerza en la vida de las personas, y es en esta cancha donde hoy se juega el verdadero partido.
En este nuevo paradigma el televidente no acude a las obras o programas porque sean considerados buenos, sino por la experiencia vital que le aporta, de tipo secuencial conectiva, es decir, que no se acaba en la pantalla sino que va a las redes y a la vida. En la Coolture la experimentación estética se traduce en hacer las cosas distintas, para conseguir comprender y mostrar el mundo como disfrute y no como una crisis existencial. La teoría del juego, por ejemplo, se vuelve un dispositivo narrativo interactivo y fascinante, con enormes potencialidades visuales. Así, el parque temático de la Cultura moderna de los museos se vuelve excluyente, inoperante en estos tiempos. Y este es un concepto clave para los que hacemos hoy televisión pública.
Existen al menos seis razones por las que la televisión pública es lo más cool del mundo.
Primera, porque tenemos los contenidos para hacer una plataforma absolutamente maravillosa, con formatos interesantes que le aportan valor agregado. Hagamos, pues, esta plataforma de la televisión pública de América Latina con aquellos contenidos más apreciables de cada uno de nuestros canales, y que los usuarios accedan libremente a ella. Esa es la alternativa.
Segunda razón, la televisión pública es la que mejor se ha adaptado al ecosistema digital, pero lo ha hecho como emisor para enviar mensajes, y lo que debemos hacer es volver al ciudadano la estrella de la televisión pública, y convertirlo en un protagonista seguidor de nuestras pantallas.
Tercera, porque la televisión pública es el lugar en el que más experimenta en el mundo, a diferencia de la privada, que puede experimentar muy poco. Nosotros hacemos cambios y renovamos las duraciones, las temporalidades, las estéticas, narrativas, representaciones y maneras de ver.
Cuarta, porque la televisión pública defiende la democracia, que es lo que está en cuestionamiento en América Latina, y en todo el orbe. ¿Y cómo debe hacerlo? Demostrando que hay una democracia expandida, con diversidad de voces, de actores, de agendas; entendiéndola como la expansión de lo público en todos los conceptos, en todos los colores, en todas las formas de hacer.
Quinta, aplica un modelo de economía creativa: ofrece empleos por proyectos, incorpora mucha magia en su trabajo, genera diversidad de pantallas, incursiona en las últimas tecnologías y todo esto, ampliando las formas laborales del audiovisual en el mundo.
Sexta razón, por soberanía cultural, que se traduce en saber lo que somos, y ser como tal, haciendo una televisión que constituya el reflejo de nosotros mismos, desde la diversidad y autonomía estética que hoy nos caracteriza.
Estos son mis juicios de la televisión pública como lo más cool que, en resumen, definen a una plataforma espectacular que crea ciudadanía al celebrar al ciudadano, experimenta estética y narrativamente, hace democracia con economía creativa y soberanía cultural.
Dicho esto, la conclusión más interesante es que la televisión pública se vuelve espectacular si nosotros conseguimos que entre a formar parte del estilo de vida de los ciudadanos. Y es la máxima propuesta Coolture, posible a través de un diálogo intercultural entre lo considerado viejo, profundo y demasiado analítico, que podría denominar como jurassic park, y lo emergente, conectivo, interactivo y cool que serían los jóvenes a la manera de walking dead. Esta sinergia ampliaría sin duda la degustación cultural de imágenes. Por lo tanto, lo que hay que proponerse es que en este sentido TAL sea una oportunidad para vender el estilo de vida asociado a lo público.